jueves, 9 de enero de 2014

Avanzamos.... aunque no lo notes... estas avanzando. No caigas en el pantano del desaliento

Sabes hace unos años nade una maratón acuática. Había que nadar 9 Km. en el río Baradero. Siempre me gustaron las carreras de aguas abiertas. Alguna vez. fui guardavidas. Había cumplido 40 años y decidí volverla a nadar. Entrené responsablemente y llego el día.  Dieron la señal de  partida y todos a nadar, al principio todos nos chocábamos. Después cada uno fue entrando en su ritmo y se hizo mas cómodo nadar. Pero sabes a los 15 minutos de estar nadando, había remolinos, y uno ya notaba parte del cansancio. A los 20 minutos ya más... y cuando veía la costa era todo igual, el borde del río con su típica costa, los típicos pastos y gente mirando a los locos que nadábamos. Los remolinos se hacían difíciles cuando el río daba sus curvas. Pero lo peor no eran los remolinos. Lo peor no era el cansancio. Tampoco los calambres que en algún momento me dieron en una pierna. Lo peor era el desaliento. La costa siempre se veía igual. Siempre igual. Siempre el mismo pasto. El mismo paisaje. Parecía que no avanzaba y la ganas de abandonar y nadar a la costa eran cada vez mayores. Pero de pronto el aire cambio. Es algo que los nadadores de fondo conocemos y que ocurre pasados los 3 Km. de nadar. Pareciera que uno ya no esta cansado. Como si recibiera un nuevo aliento. Pero el desaliento seguía. Porque nunca se veía el avance. Siempre la misma costa. Siempre el mismo pasto. Hasta que de pronto, el río dió  su última curva. Y ahí estaba la ciudad, ya se veían las casas, ya se llegaba al puerto de llegada. Ya había nadado los 9 km. Y solo antes de esa curva, estaba pensando en dejar desalentado, porque parecía que no avanzaba. Todo se veía  igual. Pero no lo era. Ya estaba en la meta. Y llegué. El calambre de la pierna aumentaba,  pero ver el final ahora era alentador. Y así fue que llegué. Al pisar tierra el dolor del calambre  en mi pantorrilla era terrible. Pero al estirarla cesó. Y la alegría de haber llegado fue tremenda. Por eso cuando crees que no avanzas. Cuando crees que estas siempre en el mismo lugar. No te desalientes. Solo es una apariencia. Estas avanzando y más rápidamente de lo que crees. No te ahogues en el pantano del desaliento. Sigue adelante. La luz de la aurora va en aumento hasta que el día es perfecto.

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